Estos jovenzuelos de Austin prácticamente dejaron el cole para dedicarse a la música. No es de extrañar que su última adquisición, Seth Densham, los acabe de abandonar para volver a la escuela: “Estoy triste pero lo entiendo y lo respeto, cada uno tiene su vida y ha de hacer lo que cree correcto”, me confiesa Ryan Sambol, guitarrista y portavoz del grupo. “Cuando empiezas tan joven, haces cosas diferentes al resto de gente de tu edad: grabas, estás por ahí en bares...”, sigue explicando Ryan, que sólo tenía 15 añitos cuando se unió a Matt Hammers para formar el dúo punk The Strange Boys. Las cosas han cambiado mucho desde entonces, tanto que ni hacen ya punk, ni Matt Hammers sigue en el grupo, que tras esa primera etapa ha llegado a incorporar hasta cinco miembros más. Lo que no ha variado es el nombre de la banda, y eso que Ryan ha intentado cambiarlo de todas las maneras posibles. Hasta logró titular a un EP “The Strange Boys will now forever be known as The Martin Luther Kings”. “No es que no me gustara el nombre, porque no está mal y funciona, pero, no sé, quería cambiarlo”. Y la verdad es que el nombre no es para tirar cohetes, ni es demasiado representativo, ya que lo que estos chicos presentan en su segundo álbum, “Be brave”, es garage rock de toda la vida pero con medios de los años 2000.
“Antes solía decir que la música, cuanto más vieja, más buena. Pero ya no lo creo. En los últimos años han salido discos muy buenos, y eso es porque son muy sinceros. Y ser honesto o no depende de las personas, más que de las épocas”. Esa honestidad tiene mucho que ver para Ryan con olvidarse de la pose y pasárselo bien haciendo música. En ese sentido, uno de los grupos a los que más admira Ryan es Black Lips, con los que ha compartido escenario en diversas ocasiones, además de una obvia afinidad musical. “Son muy agradables y les encanta pasárselo bien. Y los conciertos están para eso, para divertirse. Si tú te estás divirtiendo, seguramente el público también lo haga”. Tan salvajes son los directos de The Strange Boys, que en ocasiones hasta le dejan los instrumentos al público. “Da igual que destrocen las canciones. Sobre el escenario no existen los errores.”. Lo que sí que le parece un error es que los comparen con el recopilatorio garage “Nuggets”: “En los artículos siempre citan esta referencia, pero me parece demasiado facilona, además, la mayoría de sus canciones son muy malas”. Tras esta reflexión, Ryan se queda unos instantes pensativo y se despide con un sabio y escueto “well, you know... be brave”.
Puedes encontrar este texto en el número de febrero de Go mag
No hay comentarios:
Publicar un comentario