Hockey sólo se marcaron un objetivo cuando empezaron a tocar: hacer música con la que la gente se lo pasara bien. Y, a juzgar por lo que vivimos en su concierto en La [2] el pasado jueves, pueden darse por más que satisfechos. Cierto es que la sala no estaba ni a media bandera (Barcelona es muy moderna, pero sigue a la cola de Europa en cuanto a afluencia a espectáculos entre semana), pero los que estábamos, no paramos de bailar ni un segundo. Era como si La [2] hubiera viajado en el tiempo y nos halláramos en medio de una fiesta improvisada en algún momento de la década de los ochenta. En poco más de una hora, los de Portland repasaron todos los temas de “Mind Chaos”, y le sumaron dos nuevos, que el público recibió con el mismo devoto entusiasmo. Enfundado en una camiseta cuatro tallas más grande y con un pendiente de pluma, Ben Grubin sonreía y enrollaba y retorcía el cable del micro en sus brazos mientras escupía versos deslavazados en una suerte de rap, para luego dar rienda suelta a un vozarrón que en el disco apenas se intuye. En definitiva, uno de esos grupos que en estudio molan y en directo enamoran.
Podrás encontrar esta crónica en el número de marzo de Go Mag
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