jueves, 14 de enero de 2010

Stephin Merritt: los restos del naufragio

Stephin Merritt ha vuelto a hacerlo. Su nuevo disco nada tiene que ver con “Distortion”, ni con “i”, ni con “69 love songs” ni tan siquiera con aquel “Distant Plastic Trees”. Merritt se ha sacado de la chistera su “álbum folk”, en el que reinventa por enésima vez el sonido de The Magnetic Fields. Quizá la pista se halle en el último tema del disco, “From a sinking boat”, una de sus muchas canciones sobre naufragios. Merritt me confiesa que a veces se siente como si hubiera naufragado y yo creo que lo hace aposta, para así poder resurgir con más fuerza.



Que Stephin Merritt es un tipo complicado no debería pillar a nadie por sorpresa. Dicen que no se siente cómodo en las entrevistas y que por eso resulta tan hosco. También se rumorea que tiene un problema de hiperacusia y que por eso manda callar y dejar de aplaudir a la gente en sus conciertos. Habla lento e imprime interminables pausas a sus frases. Vamos, que seguramente Merritt no sea un tipo con quien te irías de copas, pero eso no quita que sea uno de los mayores escritores de amor y desamor del pop de las dos últimas décadas y que se haya cascado un discazo como la copa de un pino.


“Realism” ha sido concebido como la otra cara de “Distorsion”. “Quería hacer un par de álbums, uno rock y otro folk, y llamarlos “True” y “False”. Pero como no sabía a cuál llamar “True” y a cuál “False”, cambié de idea y los titulé “Distortion” y “Realism”, aludiendo a su estilo de producción”. Una producción que Merritt buscaba premeditadamente acústica: “No quería que nada sonara eléctrico, quería que todo fuera orgánico. Y sin embargo usé un aparato de efectos para “The Dada Polka”: un simulador acústico, que hace que la guitarra eléctrica suene como una guitarra acústica. Pero está claro que no funcionó, ya que en la canción se sigue notando la eléctrica”. Probablemente “The Dada Polka” suene tan diferente al resto del álbum porque se escribió mucho antes, en 1986. Por aquel entonces, Merritt ya sabía que acabaría escribiendo en algún momento su “álbum folk”, como ha bautizado a este “Realism”. “Supongo que he tardado tanto en hacerlo porque es difícil. El folk requiere una grabación más extensiva, poniendo mucha atención a cómo van a sonar unos instrumentos al lado de otros. Mientras que con “Distortion” tardé sólo dos o tres semanas en grabar y un año y medio en mezclar el álbum, con “Realism” sólo el proceso de grabación ya me llevó un año y medio”.




Este álbum, el noveno de The Magnetic Fields, tiene como principal referencia el folk psicodélico y orquestal de finales de los 60 y principios de los 70. Merritt cita como discos más influyentes “In my life” y “Wildflowers” de Judy Collins. “Son álbumes folk pero beben de todo tipo de música. Hay mucha variación estilística y nunca se repite la instrumentación, pero sigue siendo folk”. Obviamente, Merritt no quería hacer el típico álbum folk, con guitarras, ukeleles y a correr, sino que buscaba un enfoque mucho más colorido y caleidoscópico, atreviéndose con chelos, violines, acordeones, tubas, banjos e incluso un tablá (tambor indio) y un buzuki (instrumento parecido a una mandolina). Eso sí, igual que “i” y “Distortion”, “Realism” carece de sintetizador, y es que éste es el álbum que cierra la “no-synth trilogy” de la banda. Y aunque es pronto para hablar de un próximo trabajo, Merritt me desvela que éste “volverá a tener sintetizadores. Seguro. Pero no serán el mismo tipo de sintetizadores y los usaré de maneras diferentes”.


A medida que la entrevista avanza, parece que Merritt se va relajando y se abre un poco más. Es entonces cuando me habla de su época como periodista musical en el Time Out New York y por qué lo dejó: No me gustaba reseñar sólo cosas que me gustaban. Pero, por otro lado, cuando alguna vez decía lo que pensaba sobre un álbum que no me gustaba, luego siempre me acababa encontrando por ahí al artista en cuestión y estaba enfadadísimo conmigo”. Y es que ser criticado por Merritt debe de dar bastante miedo. Con todo, él mismo reconoce que “a veces haces una crítica negativa de un disco y más tarde cambias opinión, y te acaba gustando algo que anteriormente, cuando conocías menos al grupo, habías criticado”.


En cuanto a sus planes a corto plazo, los próximos meses pintan bastante ajetreados para el polifacético Merritt: estará trabajando en la música de una adaptación teatral de 20.000 leguas de viaje submarino de Julio Verne, para luego meterse de lleno en la gira de promoción de “Realism”, que empieza en febrero y de momento no incluye ninguna ciudad española. “Ojalá vayamos a Barcelona. Es, junto con Londres, una de las dos ciudades en las que más me gustaría vivir”.



Podéis encontrar este artículo en el número de enero de GoMag

2 comentarios:

  1. ¿Este tipo es tan borde como dicen?

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  2. Bueno, no es la alegría de la huerta, la verdad. Pero me habían avisado de que era tan sumamente borde, que yo pensaba que me gritaría y me colgaría el teléfono, jejeje. Fue bastante educado. Eso sí, a un par de preguntas (canción favorita del disco, algún artista actual que te guste...)respondía "nos" tan secos e inflexibles que me alegré de que estuviera al teléfono y no me viera la cara.

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