Qué queréis que os diga, a mí “Humbug” me decepcionó bastante en su momento. Y, aunque aún comulgo más con “I bet you look good...” que con “Crying lightning”, este concierto me convenció de que estos chicos saben lo que se traen entre manos. Con el Sant Jordi Club lleno a reventar y con el ambiente caldeado por unos más que correctos Mystery Jets, los de Sheffield salieron a darlo todo. Y menos mal, porque ya empezaba a cansar la frialdad con la que los Arctic Monkeys despachaban sus conciertos. Pues bien, parece que “Humbug” ha marcado el comienzo de una nueva era en todos los sentidos. Lejos quedan ya aquellas pintas de modernetes británicos, aquellos setlists basados en la tralla, aquel glorioso halo de “band to watch” a punto de triunfar. Los chicos de Alex Turner ya se saben los amos del cotarro y presentaron en Barcelona un show sustentado a partes iguales en sus clásicos acelerados, sus nuevos e intrincados medios tiempos y, por primera vez, sí, espectáculo. Con cañones de confetti y todo. Desde el apoteósico cóctel inicial de “Dance little liar” + “Brianstorm”, el amago de final con una “Secret door” engrandecida y los bises con “Fluorescent adolescent” rematado por una emocionantísima revisión de “505”, una salió con el convencimiento de que te lleven donde te lleven, a estos monos hay que seguirlos con los ojos cerrados.
Puedes encontrar esta crítica en el número de febrero de Go Mag
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