domingo, 4 de octubre de 2009

Green Day @ Palau Sant Jordi, Barcelona, 01/10/09



¡Vaya conciertazo el de este pasado 1 de octubre! He necesitado días para digerirlo y pensar cómo poner en palabras todo lo que pasó el jueves en el Palau Sant Jordi. Y tres días después aún no se me ocurre una manera ligerita de describir las mil y una historias con que los californianos adornaron un directo ya de por sí demoledor.

Green Day consiguieron montar un espectáculo de pop llena-estadios sin hacer pop llena-estadios (o no demasiado) y sin siquiera llenar el estadio, cuyo aforo apenas sobrepasó la mitad. Esto tiene mérito.



Para empezar, un conejo de peluche gigante se puso a bailar en el escenario para amenizarnos la espera. ¿Sentido? Ninguno, pero estuvo entretenido. Al poco, Billie Joe, Tré Cool y Mike Dirnt aparecieron en el escenario con ‘21st Century Breakdown’. Y lo que a partir de ahí se sucedió fue un espectáculo que ríete tú del Sticky & Sweet Tour de Madonna y de las plataformas giratorias de U2. Explosiones, fuegos artificiales, pantallas con imágenes cambiantes del skyline de Nueva York, pistolas de aire disparando camisetas, mangueras de agua a presión, lanzadoras de papel higiénico, confeti, Billie Joe haciendo calvos, fans subiendo al escenario y lanzándose hacia el público… Incluso se disfrazaron todos ellos en ‘King For a Day’ para hacer luego un medley de clásicos como ‘Breakthrough’, ‘Satisfaction’ o ‘Stand By Me’. Cierto es que se hicieron un poco pesaditos con alguna de las interrupciones y con los cientos de miles de “oeoeoeoes”. Ahora bien, por un céntimo de euro, nombradme conciertos en los que a la salida se coree “¡Federico!” o “Liiiiidia”. Eso sucedió: los espectadores no sólo observamos el espctáculo, sino que nos sentimos parte de él.



Eso en lo tocante a lo sorprendente y espectacular del concierto. Luego está el pedazo de setlist que nos ofrecieron, con un equilibrio perfecto entre los nuevos singles y hits inolvidables de la envergadura de ‘Hitchin’ a Ride’, ‘Longview’, ‘Basket Case’ o ‘Good Riddance’, con cuya versión acústica Billie Joe cerró un espectáculo que muchos ya hemos colocado en nuestro top ten de los mejores conciertos de nuestra vida.


Y es que puede no gustarte el punk. Puede no gustarte el pop. Pueden ni siquiera gustarte los últimos discos de Green Day. Pero comprar un ticket para ver a Green Day es asegurarte dos horas de diversión, y quien diga lo contrario, es que está muerto.


Fotos de G. Lubary


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