Cuenta la historia que Nicolai Dunger estaba distraído tocando la guitarra y cantando en su balcón cuando un cazatalentos de Telegram pasaba por ahí, le gustó lo que oyó y lo fichó. Corrían los años noventa y pocos y ni siquiera los más modernos usaban todavía discman. Era cuando los peces gordos aún apostaban de verdad por sus artistas. Tanto arriesgaban que le dieron a Dunger una tercera oportunidad después del fracaso comercial de sus primeros dos largos. Bien jugado, porque a la tercera fue la vencida y Dunger empezó a recibir en su Suecia natal el reconocimiento que merecía.
Jardinero, futbolista y cantautor (esto parece una final de Tú sí que vales), Dunger fue ganando personalidad como artista hasta poder centrarse exclusivamente en su carrera musical. En su decimocuarto disco en 14 años, este sueco demuestra que sigue en plena forma con diez nuevas muestras de su particular folk bluesero. Lo mejor, no obstante, sigue siendo su voz, a caballo entre Van Morrison y Jeff Buckley, con un notable deje a Thom Yorke en “Tears in a child’s eye”, su imperdible dúo con Nina Persson.
"Tranquil isolation" es brutal. Desde luego, nunca podrá llegar al nivel de Van Morrison, pero si hay algún disco que se le acerque es éste.
ResponderEliminar