martes, 16 de marzo de 2010

Two Door Cinema Club - entrevista

¿Que no sabes dónde está Bangor? Tranquilo, es normal. Pero más te vale irte aprendiendo bien la geografía del Norte de Irlanda, porque empieza a ser un punto neurálgico del indie rock rompepistas. Desde este puerto de la costa Este norirlandesa llega este trío dispuesto a hacernos bailar… sin batería, pero con guitarras afiladísimas, ritmos programados sin tregua y melodías contagiosas a más no poder. Si crees que Bloc Party están perdiendo fuelle, que Foals chillan demasiado o que Phoenix son demasiado french… prueba con Two Door Cinema Club y dime si el mundo no es un lugar maravilloso. Éste puede ser el año de TDCC y hemos hablado con su bajista, Kevin Baird, para que nos cuente de qué va todo esto.


¿Cómo se formó Two Door Cinema Club?
Pues nos conocíamos desde antes pero supongo que empezamos a ser amigos y escribir música juntos alrededor de los 15 años, en el instituto. Nos gustaban los mismos grupos y todos tocábamos la guitarra, así que lo de formar un grupo surgió como algo bastante natural. 

Todos tocabais la guitarra y ninguno la batería. Así que no fue algo premeditado eso de no tener batería y usar un portátil con ritmos programados…

Todos tocabais la guitarra y ninguno la batería. Así que no fue algo premeditado eso de no tener batería y usar un portátil con ritmos programados…
Bueno, al principio era porque no conocíamos a nadie que quisiera tocar la batería para nosotros. Pero con el tiempo hemos aprendido a aprovechar al máximo las posibilidades del ordenador y nos encanta. Igualmente, en directo también traemos a un batería de carne y hueso con nosotros, además del portátil.


¿Y de dónde viene vuestro nombre?
La culpa es de Sam. Hay un pequeño cine privado cerca de Bangor llamado Tudor cinema. Cuando estábamos pensando nombres para el grupo, se le ocurrió Two Door Cinema Club. A Álex y a mí nos gustó, pero cuando le preguntamos que de dónde lo había sacado nos dimos cuenta de que no sabía leer: ¡había cambiado Tudor por Two Door! Jajaja.


Japanese Popstars están siendo una revelación estos días, And So I Watch You From Afar empiezan a ser escuchados, vosotros estáis teniendo mucho éxito con Kitsuné y 'I Can Talk'... Parece que el panorama musical norirlandés vuelve a estar en plena efervescencia, ¿no?
¡Sí, por supuesto! De hecho, no es algo nuevo que haya grupazos en Irlanda del Norte, pero supongo que con Myspace, Facebook y demás es más fácil hacerte oír.

¿Y cuáles son vuestras bandas norirlandesas favoritas?
Muchas. La escena en Belfast es especialmente colorida y vibrante. Nos encantan Kowalski, Panama Kings, Cashier No.9, SixStarHotel, And So I Watch You From Afar…

Antes hablábamos de Kitsuné. ¿Cómo sucedió eso de que os incluyeran en su compilación? 


Pues nos escucharon por primera vez en algún lugar, después nos conocimos en Londres y luego participamos en una fiesta que montaron en París. De eso a entrar en el recopilatorio, la progresión era natural. Y luego, dos singles y ¡el álbum!

¡Eso! Háblanos del álbum. ¿Debemos esperar algo en la estela del EP “Four Words to Stand On?”

El álbum ya está listo y preparado para ser lanzado en breve. En él hay algunas canciones del EP pero es sin duda un gigantesco paso adelante. Claro, el EP nos lo autoprodujimos, mientras que para el álbum hemos trabajado con productores de fama mundial en estudios molones… jejeje. Nos encanta cómo ha quedado, estamos muy orgullosos.

¿Cómo definirías el estilo de este nuevo trabajo?

Ésta es difícil, ¿eh? No nos gusta encasillarnos en géneros, pero probablemente sea algo parecido a electropop mezclado con indie, rock y dance.

¿Y qué música habéis estado escuchando últimamente?
Yo, personalmente, The XX, Wild Beasts, Phoenix y Local Natives.


Puedes encontrar esta entrevista en el número de febrero de H Magazine

"No distance left to run: a film about Blur"

Justo después de ver este documental he hecho un complejísimo ejercicio sociológico: introducir en la casilla de búsqueda de Facebook “(nombre de banda aleatorio) + sucks”. Tras buscar una veintena de nombres (que incluían desde Franz Ferdinand hasta Animal Collective, pasando por, ojo, los Beatles), el único que se ha salvado de la furia cibernética es Blur. Ni siquiera Damon Albarn protagoniza ningún grupo de odio 2.0, y eso que durante la primera mitad de “No distance left to run” dan ganas de darle alguna que otra colleja para que se relaje. Y es que sus directores, Dylan Southern y Will Lovelace, nos muestran a los cuatro miembros de Blur tal como son, con sus virtudes y sus defectos. Y lo hacen entrelazando con especial maestría material de archivo inédito y nuevas entrevistas e imágenes, tomadas en la gira de reunión del grupo el verano pasado. Otra gran baza es que la historia la cuentan los propios protagonistas. La ausencia de narrador externo acerca al espectador todavía más a la banda, si bien la objetividad sale un tanto resentida. Esto resulta en momentos de sinceridad aplastante (cuando Graham confiesa que intentó suicidarse tirándose por una ventana o cuando habla de su alcoholismo), mientras que otros temas se pasan de puntillas, como la adicción a la heroína de Damon, plasmada en “Beetlebum”.


El documental también trata la rivalidad con Oasis, a quienes Damon califica de “matones de instituto”. Eran los tiempos del auge del britpop y Damon Albarn logró erigirse en su mayor estandarte volviéndose “insolentemente británico”, en palabras de Alex James. Pero, a pesar de ser su época más mediática, “The great escape” también marcó el comienzo de una crisis interna del grupo, cada vez más perjudicado por sus demonios personales. Este declive culminó con el abandono de Graham (que ingresó en rehabilitación) y un más bien pobre “Think Tank”. De ese momento al glorioso concierto de Glastonbury pasan 7 años, 7 años de deterioro de una aventura y una amistad que merecían otro final. Y ese final no podía ser otro que la reconciliación de Graham y Damon cantando a dúo “Tender” con 50.000 personas coreándola. Entre eso, la imagen de Damon rompiendo a llorar en el escenario y los épicos fotogramas a cámara superlenta que abren y cierran el largometraje, no queda duda de que ésta es una de las historias más emocionantes del pop de las últimas décadas.


Puedes encontrar esta reseña en el número de febrero de Go Mag


Arctic Monkeys @ Sant Jordi Club, 6/2/2010

Qué queréis que os diga, a mí “Humbug” me decepcionó bastante en su momento. Y, aunque aún comulgo más con “I bet you look good...” que con “Crying lightning”, este concierto me convenció de que estos chicos saben lo que se traen entre manos. Con el Sant Jordi Club lleno a reventar y con el ambiente caldeado por unos más que correctos Mystery Jets, los de Sheffield salieron a darlo todo. Y menos mal, porque ya empezaba a cansar la frialdad con la que los Arctic Monkeys despachaban sus conciertos. Pues bien, parece que “Humbug” ha marcado el comienzo de una nueva era en todos los sentidos. Lejos quedan ya aquellas pintas de modernetes británicos, aquellos setlists basados en la tralla, aquel glorioso halo de “band to watch” a punto de triunfar. Los chicos de Alex Turner ya se saben los amos del cotarro y presentaron en Barcelona un show sustentado a partes iguales en sus clásicos acelerados, sus nuevos e intrincados medios tiempos y, por primera vez, sí, espectáculo. Con cañones de confetti y todo. Desde el apoteósico cóctel inicial de “Dance little liar” + “Brianstorm”, el amago de final con una “Secret door” engrandecida y los bises con “Fluorescent adolescent” rematado por una emocionantísima revisión de “505”, una salió con el convencimiento de que te lleven donde te lleven, a estos monos hay que seguirlos con los ojos cerrados.


Puedes encontrar esta crítica en el número de febrero de Go Mag


Spoon - Transference

El trasfondo experimental y la variedad en la extensión de sus canciones (que oscilan entre ejercicios de casi 6 minutos y cortes de apenas 2) acercan el nuevo trabajo de Spoon a su debut, “Telephono”. Pero no vayan todavía a por el bicarbonato, que este disco resulta bastante más fácil de digerir. De hecho, la gran cualidad de Spoon es la de combinar melodías que entran a la primera con un sonido más complejo y minoritario. Así se pasean de la manita temazos directos y cortantes como “Is love forever?” con experimentos más intrincados como “I saw the light”, que pasa de unos muros de distorsión guitarreros a limpios acordes de piano en apenas unos versos. Lo que está claro es que “Transference” es un álbum mucho menos inmediato que sus predecesores, con más atención al detalle y voluntad de evolucionar. Probablemente no hayan escuchado nada demasiado parecido a “The mystery zone” o “Got nuffin” en el catálogo de estos tejanos y seguramente les encanten. Igual que les seguirá encantando la apasionante voz de Britt Daniels y ritmazos como el de “Written in reverse”, que me recuerdan por qué guardo como oro en paño la baqueta que me dio Jim Eno en el Wintercase.


Puedes encontrar esta reseña en el número de febrero de Go Mag

El mono vuelve a la carga

Disculpad por la inactividad. Han sido unas semanas de caos tecnológico en el que he conseguido petar no uno, sino dos ordenadores. Afortunadamente, todo esto ha pasado... ¿cuánto me durará este MacBook? Seguid este blog y lo sabréis.

De regalo por vuestra paciencia, el nuevo tema de Foals, "Spanish Sahara".


lunes, 1 de marzo de 2010

Adam Green: handsome music

Adam Green es esa clase de tipo que, si no entiendes lo que canta, te parece la mar de elegante: esa voz tan grave, esas melodías con aplomo de crooner que está de vuelta de todo... Es cuando prestas atención a sus letras sobre anos y flatulencias cuando te das cuenta de que quizá no estás ante un Leonard Cohen rejuvenecido, ni falta que hace. Al otro lado del teléfono, Adam reflexiona sobre su carrera, suelta alguna barbaridad y se ríe muy flojito, como suenan las palmas de las manos al frotarse en los días de frío.


Una vez dijiste que encuentras el equilibrio en la combinación de mujeres, drogas y soledad. ¿Sigue siendo así?

Sí, sólo que las chicas son las drogas ahora, y la droga es la soledad.


¿Cómo explicarías a alguien que no te conoce quién es Adam Green?

Es difícil, porque uno se mueve tanto, cambia tanto, que la definición de sí mismo está constantemente variando. De hecho, hasta hace unas horas tenía una ligera idea de quién era ayer, pero ahora creo que estaba completamente equivocado (risas). Es difícil extraer una identidad propia, y más cuando estás de gira, porque es como si cada día te estuvieras viendo a través de los ojos del resto de la gente.


¿Cómo te sientes ahora que el proceso de creación ha terminado y “Minor love” ya está en la calle?

No lo sé, pero me gusta imaginar que en realidad no lo he hecho yo. De esa manera me siento capaz de cantar como si cantara las canciones de un gran maestro (risas). Si realmente me creyera que lo he hecho yo, seguramente me quedaría en casa y no saldría a cantarlo por ahí.


En general, este trabajo suena más maduro, más reflexivo, incluso más serio que tus anteriores discos. ¿Qué opinas al respecto? ¿Es algo que te planteaste al crearlo o simplemente salió así?

La verdad es que no entiendo por qué la gente lo ve más serio. Yo llevo haciendo cosas muy serias y responsables desde que era un niño. Llevo dando conciertos desde que tenía 18 años y ya entonces tenía un montón de responsabilidades. Así que en realidad dudo que alguna vez haya sido el mocoso que la gente creía que era. Llevo mucho tiempo en el mundo del artisteo, por eso no creo que haya cambiado tanto. Siempre he sido un tipo sensible, lo que pasa es que hago mucho uso de la ironía y a veces me pongo máscaras, ¿sabes? Voy de macho-man cuando en realidad el que hace las mamadas soy yo. (risas)



Hace poco dijiste en una entrevista para Spinner que tu divorcio ha tenido un fuerte impacto en las canciones de este álbum. ¿En qué sentido ha influido en el proceso de composición?

Bueno, la mayoría del disco fue escrito desde esa sensación de que las cosas no estaban yendo bien, una “sensación subyacente de disfunción romántica”, como creo que dije a los chicos de Spinner. Creo que ésa es la esencia del álbum. Pero, vamos, ésa es la esencia de la mayoría de mis canciones... Igualmente no creo que éste sea uno de los típicos “álbumes de divorcio”.


¿Cuál es tu canción favorita de “Minor love”?

En directo es muy divertido tocar “Goblin”, es muy rítmica y me lo paso muy bien. También me gusta mucho “Cigarette burns forever”, y “Stadium soul” también es una canción muy guay. En cualquier caso, no creo que este álbum haya que escucharlo como una colección de singles, sino que es mejor sentarse y escucharlo entero, que, total, sólo es media hora. Es un álbum que transmite un estado de ánimo. Supongo que por eso mucha gente se piensa que es un disco conceptual, cuando en realidad no era ésa mi idea. De hecho, es posible que en cierta medida haya sido manipulado por la discográfica para tener pinta de conceptual, porque yo grabé muchísimas canciones y la compañía escogió unas cuantas para meterlas en el álbum. Pero si la gente escuchara esas otras canciones que no han entrado en “Minor love” vería que son totalmente diferentes. Hay un montón de canciones sobre cocaína, sobre la naturaleza de ser una celebrity...


¿Y podremos escuchar algún día estas canciones?

Pues la verdad es que me gustaría mucho poderlas sacar en un 7”, un 10” o un EP, pero no está en mis manos. De todas formas, aparte de esas canciones, también he estado escribiendo música para la obra de teatro alemana llamada “Timbuktu”, basada en una novela de Paul Auster, y es completamente instrumental. De hecho, es básicamente música clásica, no tiene nada que ver con el mundo del indie rock. Y, aunque era mi primera vez, me gustó mucho y me gustaría volver a hacerlo. Incluso me atrevería a decir que ha sido mi mejor álbum hasta la fecha. Y mi segundo mejor álbum, “Minor love”, claro.


¿Y qué hay de “Oh shucks”? Este tema suena bastante diferente al resto del álbum, es más ruidoso, y quizá rompe un poco con esa sensación de sosiego y calma que se respira en todo el álbum.

“Oh shucks” está basada en el tema de The Moldy Peaches “New York is like a graveyard”. Me gustaba la idea de intentar versionarla. Y sí que es diferente al resto, y eso se puede interpretar de manera positiva y negativa. Aunque sí que es cierto que si yo estuviera escuchando el disco, probablemente pasaría esa canción. Creo que es una buena canción y que refleja bien el momento en que fue compuesta, pero quizá no debería estar en este álbum. No lo sé. Como te decía antes, tenía un montón de canciones y no fui yo quién escogió qué entraba en el disco y qué no.


¿Cómo ha sido trabajar con Rodrigo Amarante de Little Joy para este último disco?

Buah, genial. Es el mejor, el mejor del mundo. (Risas) Es una de mis personas favoritas, con la que me puedo pasar horas y horas. Es un gran músico y creo que le añadió mucho color y texturas y detallitos al disco que sé ni siquiera cómo consiguió hacer. Es el típico tío al que uno infravaloraría simplemente porque es muy amigable, alguien con quien te puedes ir a tomar algo por ahí y tal. Pero en realidad es un genio. Incluso siendo de Brasil, conoce un montón de música americana oscura y rarísima. Y sabe tocar cualquier estilo y hacerlo muy bien. Uno puede llegar a olvidarse de todo esto precisamente porque es tan buen tío. Pero cuando te metes en el estudio con él,resulta fascinante.


¿Cuáles son tus mayores influencias cuando escribes canciones?

Cambia mucho, pero en general, me gusta la música con clase, refinada, “handsome music”, como los discos de Serge Gainsbourg, Leonard Cohen, Elvis, The Doors... Cosas que son o eran populares. Y el cine clásico de Hollywood: “Casablanca”, Humpfrey Bogart... Es muy elegante también. De hecho me siento más cercano a estas figuras que a la persona que soy cuando no estoy cantando. Cuando canto, ése es el verdadero Adam Green, la otra personalidad es sólo algo que tengo que arrastrar para poder seguir cantando. Y al tío que canta, lo miro y pienso: “ese tío tiene clase, yo soy sólo un idiota”. (risas)


¿Y cuáles son tus artistas actuales favoritos?

Aparte de Little Joy, están The Shining Twins, The Dirty Fences, Ish Marquez... También he estado de gira con The Cribs, de manera que ahora tengo montón de canciones suyas metidas en la cabeza... Su último disco “Ignore the ignorant” es buenísimo.


Y si pudieras resucitar a algún artista para que colaborara contigo, ¿quién sería?

Mmmm...Es muy difícil, pero creo que Janis Joplin.



Y ya que estamos mirando al pasado, ¿qué opinas del inesperado éxito que tuvo “Anyone else but you” en la banda sonora de “Juno”?

Me resultó bastante turbador, porque la canción no fue famosa ni cuando nosotros todavía estábamos juntos como grupo. Ni siquiera la tocábamos demasiado por aquel entonces. Y fue bastante raro, porque justo en ese momento, además, yo estaba haciendo música diametralmente opuesta a “Anyone else but you”... Pero, vamos, que nunca se sabe, quién sabe si volveré a hacer alguna canción de ese estilo algún día...


Y en ese caso, ¿sería junto a The Moldy Peaches?

No, no lo creo. Pero, bueno, ya te digo, nunca se sabe...


Hablando de The Moldy Peaches, solías categorizar vuestro estilo de “antifolk”. ¿Crees que esa etiqueta se puede aplicar también a tu carrera en solitario?

Sí, supongo que sí. Me gusta la mayoría de gente asociada con la corriente antifolk, así que me gusta que me relacionen con ella, sí. Me encanta gente como Jeffrey Lewis, Ish Marquez y Turner Cody. Son mis favoritos. Ah, sí, y también Diane Cluck. Creo que soy algo así como un “antifolk superstar” (risas).


¿Qué esperas de este nuevo disco que acabas de sacar y de la gira?

Pues simplemente voy a hacer un montón de conciertos. Eso es lo que me apetece. Sólo tocar rock’n’roll-country a la antigua usanza, como Jerry Lee Lewis, y luego, sentirme bien y ser feliz.




Puedes encontrar esta entrevista en el número de febrero de Go mag

Cara B. 01/03/10. Entrevista a The Good Company

Carabesianos del mundo,

Como prometimos, tras dos semanas de descanso, vuelve Cara B y os trae, de nuevo, la mejor música de los gigantes internacionales y las mejores pequeñas grandes apuestas nacionales. En esta ocasión, Leticia entrevistó a The Good Company, que aunque el nombre suene a guiri son medio canarios medio barceloneses y muy pero que muy majetes. Además de eso, hoy que sale el nuevo álbum de Maga, si os portáis bien igual comparto con vosotros alguno de los nuevos temas, así como del Tourist History de Two Door Cinema Club ;) Eso y nuevas canciones del nuevo grupo de Thom Yorke, confirmaciones para el South Pop y el FIB, una pequeña muestra de unas grabaciones adolescentes de Stephin merritt... Y todo esto precedido por la sesión de The Plastic Knives, titulada "We play Hockey", tras salir extasiados como nosotras del concierto del cuarteto de Portland hace un par de jueves.

Vamos, que Cara B viene cargadito hoy, yo de vosotros no me perdería ni un minuto. Ya sabéis: hoy en directo de 21 a 22h en Ràdio Despí o en diferido, cuando tú quieras, en la web www.radiodespi.com